La salida inconsciente
Esta técnica es más sencilla y menos impresionante. No se realiza el desdoblamiento, sino que se visualiza, se imagina el trayecto, las personas que se desea encontrar y la duración del viaje. Tiene que llegar a visualizar su cuerpo atravesado por la onda azul, ver el cuerpo astral saliendo del cuerpo, desplazándose, flotando y volviendo luego de nuevo al cuerpo. No olvide ningún detalle. Después túmbese, practique las técnicas de relajación, respiración y sensibilización ya explicadas, y abandónese al sueño. Cuando despierte no recordará nada, excepto el haber intentado cierto tipo de experiencia… y de haber dormido. En cuando al éxito del viaje le quedará confirmado por un objeto desplazado o un amigo al que habrá visitado sin cuerpo. La tradición aconseja practicar el desdoblamiento durante las dos horas anteriores al alba. Se aconseja a los neófitos que quieran estas seguros de que van a reintegrarse a su envoltura física que metan la mano en un barreño de agua fría antes de emprender este tipo de viaje.
Unidad del desdoblamiento.
Para nosotros los humanos, limitados a un mundo tridimensional, prisioneros del despertador y del estómago que reclama comida, el desdoblamiento representa una experiencia maravillosa, una posibilidad inesperada de conocer una dimensión suplementaria, en la que los sentidos pueden percibir libremente, en la que no existe la sed ni el hambre en la que el tiempo carece de significado. Una vez evadido de su cuerpo físico, pueden experimentarse toda serie de sensaciones, realizar todo tipo de acciones, entrar en el cuerpo de los demás y comprobar su estado de salud, saber lo que está ocurriendo a diez o incluso a cien kilómetros de distancia sumir el papel de la entidad y facilitar a sus amigos previsiones y consejos, pasearse por lo astral con un amigo o colaborador, entrar en contacto con entidades elevadas capaces de transmitir informaciones importantes conocer el destino del hombre y el mas allá.