El uso de la vela negra va más allá de la mala fama que a menudo se le atribuye a la oscuridad. El negro es un color que se asocia con la absorción y la neutralización.
Protección y Destierro: Es su uso más común y positivo. Se enciende una vela negra para absorber y alejar la energía negativa, el mal de ojo , las envidias, los bloqueos y las malas vibraciones del entorno.
Finalizar Ciclos: Se usa para poner fin a situaciones, relaciones o patrones negativos que ya no sirven. Ayuda a romper ataduras y a crear espacio para nuevos comienzos.
Poder y Transformación: Se relaciona con lo desconocido, el subconsciente y la introspección profunda. Se utiliza en rituales de transformación personal o para trabajar con los aspectos ocultos de uno mismo.
Resumiendo, ponla sin miedo cuando creas que has cambiado de ciclo, para protegerte.
Bajo mi punto de vista la luna menguante es la mejor opción.